Sin lugar a dudas, la gran joya escondida de la ciudad. La segunda pinacoteca nacional cuelga en sus muros algunas de las mejores obras pictóricas y escultóricas de todos los tiempos. El edificio -el antiguo convento de la Merced- sus patios, su escalera… es por sí sólo un tesoro que merece la pena visitar. Entre otras obras pictóricas del Museo merece la pena citar el fabuloso San Jerónimo de Torrigiano, la colección de Zurbaranes, los cuadros de Valdés Leal, el fabuloso conjunto del Convento de Capuchinos de Murillo -el único que se conserva casi íntegro en Sevilla-, pasando por todas las obras de primer nivel del barroco europeo como las de Prety y, por supuesto, toda la colección de pintura del siglo XIX y del Siglo XX.
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